febrero 22, 2006

"no es noche, no es día, tu no sabes nada de metáforas"

EN CUANTO PUEDAS

Y si no consigues hacer tu vida como quieres
intenta por lo menos esto
en cuanto puedas: no vayas a ensuciarla
al frecuente contacto de la gente,
con charlas y negocios por doquiera.

No vayas a ensuciarla con llevarla,
con volverla a menudo y exponerla
a la vulgar locura cotidiana
de tanta relación y compañía
para que se convierta en una extraña intrusa.

DESDE LAS NUEVE

Doce y media. Rápido pasó la hora
desde las nueve cuando encendí la lámpara
y me senté aquí. Estaba sin leer,
y sin hablar. Con quién hablar
enteramente solo en esta casa.
La imagen de mi cuerpo joven,
desde las nueve cuando encendí la lámpara,
vino y me encontró y me recordó
cerradas piezas perfumadas,
y pasado placer -¡qué atrevido placer!
Y también me trajo ante los ojos,
calles que ahora se volvieron inconocibles,
locales llenos de movimiento que se acabaron,
y teatros y cafés que alguna vez existieron.
La imagen de mi cuerpo joven
vino y me trajo también las cosas tristes:
duelos de la familia, separaciones,
sentimientos de los míos, sentimientos
tan poco apreciados de los muertos.
Doce y media. Cómo ha pasado la hora.
Doce y media. Cómo han pasado los años.

VUELVE
Vuelve a menudo y tómame,
amada sensación, vuelve y tómame -
cuando del cuerpo la memoria se despierta,
y un antiguo deseo vuelve a pasar por la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan
y las manos sienten como que tocan otra vez.
Vuelve a menudo y tómame en la noche,
cuando los labios y la piel recuerdan...




Constantino Cavafis

febrero 13, 2006

¿Por el noveno mandamiento?

Atravesábamos la plaza, caminando bajo árboles de copas como fabricadas por un jardinero. Yo intentaba mirarte poco, sólo lo suficiente, sólo de reojo, no quería que te dieras cuenta cómo tu imagen estaba ya clavada con estacas, de lunes a domingo en mi sentido. Y aunque era domingo, no me tocaba descansar de pensarte, qué maravilla, ahora te tenía enfrente. Pensé en acercarme de alguna manera, más cerca que los pasos paralelos en que atravesábamos la plaza, más cerca que el perfil que obligaba la caminata. Pero dentro del silencio había otro silencio mayor.
Vi cómo el sol arrugaba tus pequeños ojos y las palomas distraían tu paso. Pensé en tomar tu mano y correr, hasta que el aliento nos faltara y estuviéramos lejos, solos.
Imaginé una vida juntos; de momento nos vi tomando el té en una cocina nuestra, ya no compartida, en otro continente. Nos vi buscando nuestras lenguas, amarrándolas para no tener que decir algo, para no tener que explicar la culpa. Con un abrazo tenderíamos un puente que derrumbaríamos después de cruzarlo, para que nadie viniera tras nosotros; andaríamos alisios, revolviéndonos.
Pero este precipitado de ambiciones se desató unos minutos en mi mente, slo un espejismo. No sé porqué no lo hice, no sé por qué, si no soy sometible a ningún código. Era domingo, la plaza estaba llena, la cruzábamos para ir a desayunar, los tres; ella tu mujer, tú su esposo y yo, nadie.

Este cuento fué publicado el lunes 6 de febreo en el diario EL INFORMADOR, de Guadalajara, en la columna "De tanto contar" con una ilustración de Daniel Kent.

febrero 11, 2006

La borrachera de Rafael Salmones ( performero de corazón) la patrocinó Jugos del Valle

Las impresiones de Salmones

El fin de semana en Salvatierra me dejó varias cosas buenas. Me la pasé a toda madre. El tal "Encuentro Internacional de Escritores" (que así se llamó el numerito) resultó un excelente pretexto para que algunos de los que escribimos en Café Querétaro dejáramos de ser ceros y unos y adquiriéramos realidad entre nosotros.

La neta... el asunto de las mesas de lectura fue bastante cansado, por momentos tedioso, porque casi toda la banda leía igual. Si a eso le sumamos que fácil el 95 por ciento de lo leído era poesía, pos...

El evento estuvo oficialmente dedicado a homenajear a José Agustín, que estuvo por ahí como la mitad del tiempo, cosa que se le toma muy a bien. El acapulqueño tuvo dos intervenciones, una en la inauguración y otra a mediados del último ía. Esta última fue la que me latió más, pues so pretexto de una autoentrevista se refinó una miniclase de oficio al hablar (tal como él mismo lo aclaró) no para lectores -como normalmente lo haría en presentaciones de libro y similares-, sino para escritores. Como él mismo llamó a su texto, el rollito fue un detrás de cámaras de Vida con mi viuda.

De lo que yo leí estoy a gusto. Pienso que la mayoría se quedó preguntándose qué diablos hacía ahí un cuento de ciencia ficción casi dura, pero encontré un par de complicidades chingonas... ¡¿qué más podría pedir?!

De lo que escuché... la mayoría no me latió. Pero algunas cosas hasta me conmovieron. Me parece muy ilustrativo que -según mi particular punto de vista- las mesas más frescas resultaron ser la de los viejos y la de los niños... En los de enmedio (como en otras cosas de la vida) era donde estaba lo pretencioso.

Ya en lo personal la cosa estuvo de verdad a toda madre. El viaje de ida me sirvió para tomar un par de decisiones importantes y tirar a la basura virtual dos o tres lastres que andaban entorpeciendo el vuelo. Ya en Salvatierra el encuentro personal entre la banda cafequeretana fue una puritita diversión (bueno... salvo un par de cosas que no pasaron a más y que mejor hacemos a un lado). Celebro de verdad conocer y haber pasado tan buenas horas y días con Isis Bobadilla, Luz Angélica Colín, Iván Trejo y Enrique Dávila (que -además- me dio un aventón de retache), de Café Querétaro. También estaban en Salvatierra Yuli Castro y Cristina de la Concha (también colaboradoras de Café Querétaro), con quienes no platiqué mucho pero que también me cayeron bastante bien.

A medio evento se nos unieron Violeta Rivera (de Chihuahua) y Dora Moro (de Guadalajara). Con Dora tuve coincidencias muy agradables y platicamos a todo dar. Me regaló (creo que a todos) una edición que hizo de algunos de sus poemas (uno de los cuales-Anticivil- leyó especialmente para nosotros en su presentación).

En fin... que estuvo de pelos la cosa. Más adelante abundaré -quizá- sobre cosas sucedidas en Salvatierra y sobre estos personajes que me hicieron comprobar -una vez más- que sí... la vida se compone de encuentros.

Y de mucho buen humor.

Rafael Salmones