octubre 28, 2005

Encuentro de Poetas del Mundo Latino en Morelia, México. Del 19 al 22 de octubre 2005.

Fui invitada por los hermanos Carrera a Morelia, para compartir el Encuentro de Poetas del Mundo Latino.
La experiencia se inflamó con acontecimientos y eventos positivos, que me hicieron crecer y aprender mucho. Alfredo Carrera, Leticia Carrera y Beatriz Pimentel, editores de la revista EL SUBTERRÁNEO de Morelia, no me dejaron sóla un minuto y me rodearon de atenciones; no cabe duda que es gente fina, educada y ahora muy querida. Alfredo nos puso a trabajar repartiendo revistas y logramos (lo digo en plural, porque yo cooperé un poco) muchos poemas inéditos de poetas en varias lenguas como el de Krystyna Rodowska de Polonia, Liliana Popescu de Rumania que ya ha compartido el encuentro en otras ocasiones con Alfredo y hasta en su currículo menciona las publicaciones en EL SUBTERRÁNEO;de Pedro Serrano (nacido en Montreal pero radica en la ciudad de México)y de Theodor Damian de Rumania entre otros.

A mi consideración,la poesía que valió más la pena de los días de encuentro, fue toda la que aquí menciono: José Manuel Roca de Colombia, un hombre sencillo, siempre con una sonrisa para lograr conversa. Nos regaló un libro LA FARMACIA DEL ÁNGEL ed. Norma, en el que advierto una obra entrañable.su equivalente en pintura, sería Remedios Varo, es etéreo en su ambiente pero no volátil; su tema recurrente de los ángeles me obliga a remitirme a los sueños y siendo un hombre de mediana edad, le aplaudo que no se regrese ni a las Vanguardias ni a lo Clásico. Estuvimos en el bar Sanyago cada noche, con el co-director de la revista Alforja: José Luis Leyva quien no paraba de tomar fotos con un flash tan potente que nos dejaba ciegos, Pedro Serrano le indicó que había un horario para tomar fotos lo que todos apoyamos con carcajadas. Marco Antonio Campos, de quien recibimos todas las atenciones, besos y pases para cenar a lado de Juan Gelman, Juan Bañuelos, Bernard Pozier, Andrea Montiel, Dolores Castro, etc. levantó una discusión en el bar diciendo que mi nombre era cacofónico, lo que Leyva, refutó aclarando que era aliterante .Se organizó una encuesta para definirlo y menos mal que mi nombre resultó ser aliterante, si no, creo que César Moro no hubiera usado ese tipo de pseudónimo.

La noche del jueves hubo una lectura abierta en el Jardín de las Rosas, donde para mi sorpresa se apuntaron todos, y hasta yo leí mi poema Toca la puerta .Claude Beausoleil de Canadá performanceó Repites y Dices y el público lo ayudó palmeando. Bernard Pozier, también de Canadá, nos presentó La Corbata del poeta que fue muy aplaudido por ser un poema posmoderno y abierto. Máximo Leyton, un argentino con 13 años en México, no estaba programado en las lecturas pero esa noche leyó un poema acerca de mesas; era tan bueno, que yo le supliqué que dejara de hacer publicidad ( es a lo que se dedica) y se ponga a escribir más, después espero subir un fragmento.

Pedro Serrano, quien además de buen amigo, resultó ser un excelente corrector por sus habilidades críticas y su camino recorrido como doctor en letras inglesas, me presentó una poesía casi en prosa que se contiene a sí misma.Después de hablar de los fractales, me comentó que él está en la revista FRACTAL. Platicamos ese jueves del tema y en la penúltima mesa de lectura del viernes, que a mi consideración fue la mejor, cerró con un poema que definitiva e inconcientemente es fractal, ya que hace -zoom out y zoom in- a lo largo del discurso poético. Un poema que habla de un hombre con su hijo mirando la playa desde unos riscos. Para Pedro, la poesía es siempre poesía de lo desconocido, porque, tal y como afirma, no creo que sea posible escribir poesía sobre lo conocido, y no creo que exista poesía que no surja de algo parecido al mecanismo del sueño. Así, el poema es una conjunción de experiencias, emociones, imágenes y ritmos que se fundan y cobran entidad en el proceso mismo de su construcción.

Marco Antonio Campos y Neftalí Coria por ser organizadores del evento no estaban programados en las lecturas, pero el jueves, noche de palomazo, se animaron y Marco Antonio me impactó con un poema en el que se contenía a si mismo como persona. José Luis Leyva leyó Genio sin ingenio:... Cuelgo la vista en los zapatos pendientes de los cables/me enciendo hasta los pies en la bombilla eléctrica de un poste/ ¿se me ha botado un tornillo del cerebro?... esa noche pareciera que sí se nos botó un tornillo, porque a las carcajadas con la actriz María Luisa Benet y Mariano Flores Castro, le siguieron los fractales, las cervezas, las fotos, y las anécdotas hasta la madrugada.
Sin embargo en las mesas de lectura, había pocas propuestas, mucho de lo mismo ,adjetivos gastados hasta los hoyos, poemas débiles, voces que no sabían leer. Sorpresa que Jaime Augusto Shelley casi nos saca de la postmodernidad ,-aunque algunos filósofos aseguran que ha terminado-, con un poema al Capital, a manera de letanías rosarianas. Digo sorpresa porque, insisto, no eran los más jóvenes los que traían lo más fresco y se lo dije a lo que respondió sonriente y orgulloso.

Enzia Verduchi, poeta nacida en Roma, pero radicada en México desde su infancia, me golpeó hasta debajo de las uñas, con un poema sobre el manicomio de la región Toscana en donde, me explicó, existe un grafitti de 120 metros creado por un preso político que no estaba loco y terminó estándolo, después de años de reclusión. El poema tenía como título Interrogatorio en el psiquiátrico de Volterra la estructura era muy original pues el poema se sucedía dando solamente respuestas: respuesta número uno, respuesta número cuatro. Enzia, quien de azotada Baudeleriana no tiene nada, -pues en la cena de gala nos contó anécdotas que nos partían de risa-, logró a mi parecer, hablar del tema tan recurrido de la miseria humana, con una estructura única e imágenes que por mucho, rebasan a la literatura típica de las mujeres que sufren.

Gracias a todos por los poemas, los libros, las copas, la apertura, la actitud abierta y positiva, la confianza de soltar textos y direcciones a diestra y siniestra; gracias a todos lo que hacen poesía de verdad y que no se preguntan si se debe uno llamarse o no poeta, al fin y al cabo, en Morelia, ni los títulos ni el currículum nos importaron a la hora de sentarnos a la mesa.

2 comentarios:

Beatriz Pimentel dijo...

EStimadísima Dora, fue un placer haberla tenido de invitada y haber podido ser sus anfitriones en tan fructífera visita de múltiples poetas. Por mi parte te digo, que se disfruto muchísimo tu compañía, en escándalos, críticas y borracheras jajajaja; pese a todo y con todo, lo pasamos demasiado bien. Ojalá sigamos todos en contacto con Roca, Pedro, Bernard, Enzia, Andrea... y con todas las grandes personalidades que coincidieron, para suerte nuestra (y de ellos también ¿porque no?) en el mismo evento-bar-ciudad-pasiónporlapoesía.
Ojalá se nos haga ir al próximo en San LuisPotosí, o donde esté el desmadre de poetas..
Un abrazote

Alfredo Carrera dijo...

Me ganó Beatricita, pero bueno, es casi lo mismo. Ojalá pronto coincidamos en algún lado, ya sea Mugrelia, Guanatos o X.