junio 30, 2007

En palabras de Rodrigo Flores

(...) Creo que hablar de poesía mexicana como una mónada, me resulta algo complicado, así como hablar de poesía argentina, chilena, guatemalteca, brasileña o marroquí. Este problema ya lo vislumbraba Octavio Paz en un texto que se llama "Alrededores de la poesía hispanoamericana"(...). En tal caso, suponiendo que existan algunos rasgos definitorios y totalizadores que permeen la poesía escrita en México, ésta se ha bajado del caballo en más de una ocasión --(...) la estética y retórica de lo sublime/puro/esencial no ha sido superada--. En distintas épocas y desde distintos horizontes se ha cuestionado, confrontado y debatido el problema de la escritura de poemas en México, aunque tengo que reconocer (eso sí) que la discusión no se ha dado más que manera insular y, hasta ahora, casi nunca de manera pública.

Para darse cuenta de que la escritura en México no es homogénea, y tiene un grado de problematización no menor, sólo hace falta leer a autores como Gerardo Deniz, José de Jesús Sampedro, Jesús Arellano, Gloria Gervitz, Mario Santiago Papasquiaro o al mismísimo Eduardo Lizalde

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junio 26, 2007

EL JUEGO

REGLAS
1. Cada jugador(a) comienza con un listado de 8 cosas sobre sí mismo
2. Tienen que escribir en su blog esas ocho cosas, junto con las reglas del juego
3. Tienen que seleccionar a 8 personas más para invitar a jugar, y anotar sus blogs/nombres
4. No olvides dejarles un comentario en sus blogs respectivos de que han sido invitadas a participar, refiriendo al post de tu blog: "El Juego".

va, copiando la estructura de LUDA

UNO Dudo de los poetas que no toman, aunque hayan sido alcohólicos ( o lo sigan siendo) -y por eso no tomen- es precisamente por eso que dudo de ellos, no de su obra, de ellos. El vino y a la poesía son mancuerna.

DOS Creo que cuando uno opina sobre algo o está muy enterado, o está muy borracho, o aburrido, o tiene una personalidad avasalladora para engañar a cualquiera( como Olavarría) Lo importante es tener una opinión. La gente que no sabe sustentar lo que dice o no tiene opinión en genral, me cae mal.

TRES yo también soy radical, cuando digo basta, es basta, cuando apuesto, va, va todo.La gente tibia me da flojera.

CUATRO colecciones??? todas, pero la más importante separadores de libros.

CINCO tengo un gato (Fellini) que es un resumen de fantasmas: la abuela Matilde y Tonka ( mi perra que era idéntica en versión can)

SEIS confío en la gente que se emociona con Celan o con Pound, cuando veo que hay empatía con ese par de monstruos, entiendo todo, casi todo con el tercero involucrado.

SIETE soy como un caballero.."no tengo memoria" OLVIDO TODO y por lo mismo reescribo todo lo que subrayo de cada libro que leo. De todos modos lo olvido, pero, al menos lo tengo en la libreta. Lo cual también habla de lo obsesiva que soy.

OCHO los aburridos tienen una solución: morirse!

Invito a jugar a:
Rodrigo Olavarría
Enrique Carlos
Pablo Paredes
Bernardo Ruiz
Esaú Hernández
Harold Halva
Jorge Solís
Rodrigo Flores

junio 22, 2007

MAYO EN CHIHUAHUA


catedral de Chihuahua con el Carrera


Vive con Andrés un mes y sabrás cómo es, reza el adagio. Ni fué un mes, ni se llamaban Andrés, fuimos casi una semana a Chihuahua y a Delicias, Enrique Carlos, Alfredo Carrera y yo, para vivir la poesía y poner a prueba el termostato. El resultado es que los tengo más cerca, lo aprehendí más y mejor, ocupan primeros puestos en mi lista de navidad.

y ¿se va poner peor ? preguntaba Carlos en su primer aterrizaje



-no era el único objetivo del viaje, pero ayudó-

en Chihuahua también tienen su ángel,

como en la Ciudad de México, pero éste, da vueltas y lanza un láser.


Yo llegué a casa de Violeta Rivera ( poeta) y como siempre me encontré con abrazos, y muchas bromas, el humor norteño pone a cualquiera de buenas. Turisteamos lo suficiente y lo necesario, pasando por museos, librerías- una de viejo, o de usado, o de segunda mano, excelente, en la que duramos metidos cerca de dos horas- Carlos buscaba LP's de jazz y blues, mientras Alfredo y yo hacíamos nustros descubrimientos. Yo salí sólo ( por contener mi vicio) con dos libros de 20 pesos cada uno: Cómo leer en bicicleta de Gabriel Zaid y Suave Patria de Ramón López Velarde, a lo que Alfredo incrédulo exclamó: ¿va a leer eso?, bueno, hay que leer de todo, ojalá se pudiera todo, pero considero que aún lo muy distante a nuestras estéticas y gustos, habrá que analizarlo, algo nos dejará su maestría, no de gratis están ahí, en ese sitio donde muchos los idolatran, otros los reconocen, otros los recuerdan simplemente, bueno, hay quien ni los conoce.

En la casa de Juárez, donde NADA perteneció a Juárez

pidiendo deseos


El Martes 29 de mayo en el MOMO gimme winne, junto con Alfredo Espinosa, Martha Legarreta y Violeta Rivera, presentamos el libro La apuesta. Espinosa dijo que ese libro tenía que ser presentado en Chihuahua ya que José Vicente Anaya coodirector de la editorial Alforja que lo editó, es de Chihuahua; además la portada de La apuesta, está constituída por pinturas de Rocío Sáenz, pintora chihuahuense con larga trayectoria y bueno, la brújula atendió al norte y al norte se fué La apuesta. ( ya postearé alguno de los textos escritos para esta presentación) . Gracias a los tres por ser tan generosos.

Partimos a Delicias donde las mesas de lectura estuvieron algo pesadas ( parece que es la consigna de los encuentros) rescatmaos poetas y poemas de Olimpia Badillo (SLP), Inti García ( D.F.) Antonieta Villamil ( Colombia). Se mantuvo una mesa de venta de libros, lo cual me parece excelente. Leímos en prepas, universidades y en el mercado. Visitamos la radio, el monumento a las piscadoras de algodón, viajamos para la foto de grupo en el autobús de Los Vencedores, equipo de futbol. Presentamos La apuesta de nuevo, ahora por Alfredo Carrera y Luis Fernando Chueca del Perú, leído por Enrique Carlos. Presentamos el Subterráneo y compartimos principalmente con Arlette Luévano y Jaime Zamarrón, así como el último día con un grupo de poetas norteños, Hugo, René y Nelson, que, aunque no participaron en el encuentro, estaban de visita por ahí, con motivo de las lecturas y la conferencia de José Vicente Anaya.






















Olimpia Badillo de SanLuis Potosí

Lo más divertido fué la última noche en que nos quedamos bebiendo tinto en el restaurant del hotel. Jugamos a las cartas de manera adivinatoria, es decir, las usamos para predecir el futuro, hicimos preguntas idiotas toda la noche y reímos: quién se iba ganar el Nandino, el Nobel y quién se suicidaría primero, aspiraciones cliché de escritores frustrados y al menos el balance fué importante para mí, que siempre le terqueo a Alfredo Carrera, él tiene alma de poeta y Enrique Carlos quedó furioso por que según las cartas... el Nandino está vendido.

Arlette Luévano poeta de Aguascalientes







Enrique Carlos fué un éxito con su plaquette que se desprende de su libro de próxima apración en la Secretaría de Cultura: CRISANTEMO CIELO; Alfredo leyó sus poemas dudando de sí mismo, pero las ovaciones no engañan. Arlette presentó también su libro CASA EN RUINAS- premio Efraín Huerta (Gto.) en el año 2006.









7 años del Subterráneo de Morelia


El calor impidió mantener la cordura durante tres días, pero las vueltas por la ciudad, el contacto con las personas, las atenciones de María Merced, que con poco dinero y menos apoyos que el año pasado sacó adelante este encuentro, hicieron de nuestro viaje a Delicias una excursión barroca en la que discutimos, nos exasperamos, nos emocionamos al reconocer buena poesía y regresar con libros, pero además, nos incomodamos por la organizaciónn y por la falta de calidad en poesía. Hablamos hasta reventar ( incluído el silencioso Enrique Carlos) y nos dispusismos a separar, clasificar y dosificar lo que nos deja algo en las letras o en la vida y lo que no nos deja nada, aunque, si lo recordamos, es que algo nos dejó.


Enrique Carlos

Alfredo Carrera

junio 13, 2007

junio 10, 2007

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junio 07, 2007

Encuentro de escritores en León -Mayo 2007

Texto de Arlette Luévano

Llegué a León el jueves cerca de las cuatro de la tarde. No hay problema, en un ratito llego al Howard Johnson, me dije. Pero no. Una vez más se me confundió el norte con el sur y di con el hotel hasta después de las seis de la tarde. No encontré a nadie, ni mesa de registro, ni autobús, ni amigos.
Como la presentación de mi libro era hasta las siete y media subí a ver la tele. Aguanté quince minutos y bajé de nuevo. Ahí me topé con Alfredo Cortés y quedamos en llegar juntos al Poliforum. Iba también Miguel, de Morelia.
Todo mundo metido en la conferencia de Pablo Boullosa. Los pasillos y la cafetería solos. Saludé a Luis Felipe Hernández. Me contó que ya había visto los libros. Alfredo se desapareció. Llegó Mauricio Carrera, con su esposa. Me presentó a Francisco Conde, que estaba en una mesa con Raúl Bravo y Alejandro Toledo.
La presentación se recorrió a las ocho porque toda la gente seguía con Boullosa. Cuándo terminó se fue la gente también, claro. Fue eso y el partido de fut.
Así que en una sala pequeña, nada que ver con el año pasado, se hizo la entrega de los premios Guanajuato 2007 y se presentaron los libros ganadores del año pasado.
No llegó mi super porra de Aguascalientes, pero sí estuvo en primera fila y tomando fotos Rodolfo Meza (a quien mucho debo, dije al micrófono).
Conde presentó mi libro: hizo un par de citas, me cambió el nombre y ya. Me dieron de la editorial 30 ejemplares. Me deben 70.
Hubo brindis. Musiquita. Canapés. Donas de chocolate.
Más tarde fuimos a un antrillo en el centro. Feo. Nos corrieron a las doce de la noche. Renata Torres estuvo conmigo, platicamos hasta quedarnos dormidas.
El viernes me despertaron las campanas de la Catedral. Bajé a desayunar tarde, ya muchos se habían ido al Poliforum.
En una mesa estaban Conde y Toledo. Los saludé. Bajaron a desayunar Carrera y su esposa y se sentaron con ellos. Yo me quedé solita y mi alma en una mesa del rincón, leyendo mi librito de Clarice Lispector.
En eso estaba cuando se acercó conmigo Dora Moro. Y empezamos a platicar. Y platicar. Y platicar. Bajó Pablo Boullosa y se nos unió. Hablamos de sueños, de antologías, de elecciones afectivas, de la fama, de lo distinto que estaba el encuentro comparado con el año anterior.
Boullosa se fue y nos quedamos Dora y yo. Hasta la hora de la comida. Recogimos nuestras chivas y fuimos al Poliforum, en mi coche. Nos perdimos, pero nomás tantito.
A las cinco de la tarde estaba programada una lectura en la Biblioteca Central. Llegamos puntualitas, pero nada, que se había recorrido la hora. Entramos a ver. Hermosa. Una biblioteca donde yo pude haber sido feliz (cuando era joven y capaz de cambiar). Dora tomó un par de fotitos, pero luego le quitaron la cámara.
A las seis de la tarde estábamos sólo los que íbamos a leer. La directora de la Biblioteca se portó muy amable, estaba preocupada por la falta de público.
Ya estábamos dispuestos a leer nosotros para nosotros cuando llevaron gente que estaba en la sala de Braille de la Biblioteca.
Empecé yo, siguió Ismael Lares (me gustó lo del corazón azul), unos señores de Yuriria, Lirio Garduño, un promotor de lectura y Dora Moro (lo nuevecito de su libro La apuesta).
Regresamos a la Feria. Iba yo platicando con Ismael Lares (te conozco del blog, le dije) hasta que vi que estaba un concierto de Luis Pescetti y ya no pude decir más. Arrastré al pobre de Lares al concierto (aguantó un ratito) y me puse a cantar y brincar como si tuviera cinco años. Padrísimo.
Terminando fui a saludar a Jorge Herrera. A contarle las novedades.
De ahí, nos invitaron al concierto Rumor de Páramo, de Ana Cervantes. Maravilloso. Como soy pobre no compré el disco, pero algún día.
Después la cena, después vino tinto con Dora, después a dormir. Y a las siete otra vez las campanas.
Desayuno y me voy, dije, pero estuve con Jorge y con Dora, así que la sobremesa terminó hasta la una de la tarde.